viernes, 29 de julio de 2011

La entrada anterior me dejó algo de mal gusto,bueno, no sé si mal gusto, pero si muchas dudas. Me puse a pensar, el por qué de mi forma de ser. Llegue a muchas conclusiones al respecto, pero una de ellas, fue…mi madre, si, ella.

Generalmente hacemos culpables a nuestros padres de la mayoría de nuestros problemas, traumas, miedos, carencias afectivas, etc., lo cual es cierto, mis padres en verdad son los culpables de muchas de mis deficiencias, pero, de esos muchos errores he sacado cosas positivas, como el legado de mi madre, quizás, no fue de lo mejor, quizás estoy mal, quizás todo lo que me enseño es absolutamente dañino para mi persona, pero lo que si se, es que no me hace del todo mal.

Desde que tengo uso de razón ella ha sido el sustento de la familia completa, emocionalmente, claro está, y ha tenido que cargar la pesada carga de una pareja celosa, un poco posesiva a ratos, una hija claramente con problemas de sociabilización en la adolescencia, encerrada en si misma como sólo ella sabía hacerlo, mandándose cagás que yo como madre no sabría como actuar, dos hijastras que tienes que asumir como hijas y criarlas como suyas en los momentos más importantes de sus vidas porque a su madre real le importa un carajo, hacer cundir la olla porque no hay para mas, y para rematar, aguantarte las miradas y el reproche de tu propia familia porque en esa instancia creen que tu esposo no es para ti, y que tu hija no logra ganarse el afecto ni de su propia abuela, entre muchas otras cosas más…y aun así, seguir sonriendo, seguir adelante, y cada vez que te preguntan….tú estás bien.

Con el tiempo he sabido más cosas de mi madre de las que quizás necesitaría saber, y en el último año sobre todo me he impresionado al darme cuenta que son cosas que ambas hemos pasado por igual, y que la historia se repite. Muchas personas no entenderían, “¿Por qué callar?, ¿Por qué fingir siempre que estas bien si por dentro la pena te carcome?”, con ella aprendí que dar vuelta la página “hácete fuerte y demuestra que tienes ovarios” es el mejor consejo que te pueden dar, porque la autocompasión no te lleva a nada, y esperar que el mundo sea solidario contigo es un error ¡ Y qué más da!, en Etiopia millones de niños se mueren de hambre, y tú, la muy boluda lloras por webás.

Antes yo no era así, ahora creo que me parezco un poco más a ella, no sé si algún día seré capaz de cargar sobre mis hombros la mochila de tanto sufrimiento ajeno, pero al menos, por el momento, soy capaz de cargar la mía, y es suficiente para mi.

Siempre he pensado que quizás la idea del feminismo esta errada, hombres y mujeres no somos iguales, y como dice mi madre, por nuestra condición de mujer debemos cargar muchas veces el dolor ajeno, sufrir por el propio, porque llega el inevitable momento que tendrás hijos, y serán más que tu vida, y darás hasta tu última gota de sangre por ellos, porque eso a cualquier nivel lo he sentido como amor, el ser capaz de sacrificar hasta tu última gota de sangre por el ser amado. Y lo más probable que con los hijos sea aun mayor de lo que imagino…temo por ese día.

martes, 19 de julio de 2011

Hacía años que no actualizaba. No se por que, sigo escribiendo...pero no acá.
Últimamente escribo, pero lo destruyo una vez que termino. ¿Por qué?, no me lo había preguntado hasta ahora... y re-leyéndome, claro, escribo cuando estoy triste, y desde que deje el blog he intentado - a veces sin victoria- negar constantemente mis estados de pesimismo, pena, o desilusión.
Y es cierto, desde que me niego, me siento mejor, pero, ¿qué tan saludable es?.